La preparación del terreno es crucial para cualquier obra civil. Un terreno bien preparado garantiza la estabilidad y durabilidad de la construcción. Este proceso incluye:
- Estudio geotécnico: análisis del suelo para determinar sus características y capacidad portante.
- Limpieza y desbroce: eliminación de vegetación, rocas y escombros.
- Nivelación y compactación: acondicionamiento del terreno para crear una superficie uniforme y firme.
- Drenaje: instalación de sistemas para evitar la acumulación de agua.
Una adecuada preparación del terreno previene problemas futuros como asentamientos, deslizamientos y filtraciones.
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